Écija es un lugar con encanto que, como la gran mayoría de sitios, tiene sus historias y leyendas. Permanecen en la mente de los ecijanos y pasan de padres a hijos y de abuelos a nietos. Una de ellas es la de los siete niños.
Iniciaron sus aventuras en 1808 como una guerrilla patriótica formada para luchar Napoleón, generando una cuadrilla de bandoleros. Bajo el mando del bravo capitán Luis de Vargas, se constituyó la primera banda de siete "niños", que por diferentes motivos fueron muy perseguidos por la justicia. Eran Juan Palomo, Satanás, Malafacha, Cándido, El Cencerro y Tragabuches.
Se suponía que la integraban siempre siete bandidos, que se renovaban a medida que alguno de sus miembros moría o caía preso. Dominaron la carretera general de Andalucía, entre Sevilla y Córdoba. En julio de 1817 se inició una campaña contra ellos y, en un año y medio, fueron capturados, pero ninguno figuraba en el edicto, tres eran de Écija y los restantes de los alrededores.
Fueron ejecutados la mayor parte de los apresados entre los que figuraba Fray Antonio de Legama y el ecijano Francisco Huertas, un bandolero de la nobleza a cuya ejecución asistieron todas las autoridades del pueblo, incluido el obispo.
¿Conocías la historia?